jueves, 26 de agosto de 2010

Mi amigo Pedro

La verdad es que no quiero que te vallas...
Necesito como el aire tu paciencia, tu sentido del humor, esa habilidad casi inhumana
para valorar ante todo lo positivo de cada persona.
Un año es demasiado tiempo para echarte de menos. Y siempre ese miedo infantil a que
te enreden los zarcillos de las vides riojanas. Ese terror absurdo a que, por cualquier
razón impredecible, decidas no regresar jamás.
Desde luego no quiero que te vallas. ¿Como has conseguido que aceptemos esa idea?
¡Magnífico embaucador, vendedor de humo!. ¿No hemos aprendido a quererte lo suficiente?
¿Acaso el objetivo de tu cámara se aburre de nuestras calles de piedra?
¿Estás buscando aire fresco para esos ojos inquietos?
¿Te necesitan más que nosotros? Me cuesta creerlo...
No quiero que te vallas...
¿Quien infiernos entonces intentará convencerme de que algún día puedo alcanzar mis sueños?
No quiero que te vallas...
No quiero que te vallas, pero voy a votarte.

Pedro

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